En Personal tenemos una amiga, más bien una aliada, a la que hemos pedido que hoy nos cuente por qué es tan importante no sólo para los deportistas, sino para el ser humano en general. Antes de desvelaros su nombre, le voy a pedir que os explique a qué se dedica y, al finalizar el artículo, ella misma os dirá cómo se llama:
“¡Hola a todos y muchas gracias a Marta por la oportunidad que me ha dado para contaros mi día a día!
Mi principal misión en la vida es la de mantener los huesos fuertes. Para ello, ayudo al cuerpo a absorber el calcio (una de las piezas fundamentales de los huesos) de los alimentos y suplementos. Y también intervengo en la asimilación del fósforo; no solamente soy necesaria para la buena absorción de estos minerales, sino que mi función va más allá, sobre todo en la infancia, época en la que vuestro cuerpo está en constante crecimiento. Mi acción permitirá el correcto desarrollo de todos los huesos, ya que intervengo directamente en el crecimiento de los mismos. Mi falta en esta época hará que los individuos no se desarrollen correctamente, dando lugar a una enfermedad conocida como raquitismo que afecta a niños mal alimentados, que pasan mucho tiempo sin que les dé el sol y sin hacer actividades al aire libre.
Pero no sólo resulto importante en la época de crecimiento, sino también en la tercera edad, momento en el que es fundamental que conservéis unos huesos fuertes para evitar problemas como la osteoporosis. El ejercicio, además de la luz solar, serán unos buenos fortalecedores de todos vuestros huesos. De hecho, sólo 15 minutos al sol tres veces por semana puede hacer que yo trabaje a pleno rendimiento (me encanta el sol, soy feliz cada día que lo veo al amanecer).
¿Pero por qué es tan importante el sol para mí, os preguntaréis? El cuerpo humano no tiene facilidad a la hora de sintetizarme y poder así aprovecharme para las acciones en las que soy sumamente necesaria. Para que el organismo aproveche lo máximo de mí es necesaria la energía solar, ya que mediante la acción de los rayos del sol el organismo será capaz de asimilarme y sintetizarme; si os falta la luz del sol, no podré ser aprovechada con las consecuencias que esto acarreará para vuestra salud. Y no olvidéis que el organismo puede almacenarme en la dermis, de modo que podrá usarme en épocas en las que la exposición solar es más reducida y no es tan sencillo conseguirme.
Por otro lado, es importante que sepáis que los músculos me necesitan sin duda alguna para su movimiento. Por ejemplo, los nervios siempre me llaman para transmitir mensajes entre el cerebro y cada parte del cuerpo, y el sistema inmunitario se sirve de mí para combatir los virus y bacterias que lo invaden. Me encuentro en las células de todo el cuerpo, lo que facilita lo que os acabo de contar.
Tengo unos amigos alimentos que ayudan a que yo pueda seguir existiendo para cumplir mi trabajo y no puedo dejar de mencionarlos en mi discurso:
– El aceite de hígado de bacalao que, además, es un suplemento vitamínico con alto aporte de Omega 3 y de vitamina A.
– El salmón y las sardinas, dos de los pescados que más cantidad de mí misma aportan.
– Las ostras, que también son ricas en zinc.
– Los cereales enriquecidos.
– Los productos lácteos como quesos, yogures y leche, sobre todo las variedades de soja o enriquecidas.
– Los hongos y setas, ya que el consumo de este tipo de alimentos siempre resulta excelente.
– Y los huevos, el alimento estrella que no puede faltar en ninguna dieta equilibrada.
Supongo que a estas alturas del discurso ya habréis adivinado quién os habla, la VITAMINA D 🙂 Así que ya sabéis lo importante que soy para vuestra salud en general.
Seguimos en contacto cada día y ánimo con vuestros entrenos en Personal by Marta Rosado; sois unos auténticos campeones”.
Licenciada en Arte Dramático, Diplomada en Expresión Corporal, Diplomada en Coaching Ejecutivo en la EEC, Especialista de Cine, Entrenadora Polivalente y con un Master en Entrenamiento Personal.