Que el ejercicio y la alimentación son la pareja perfecta para un cuerpo 10, es algo más que conocido por todos. Si lo que estás buscando es un cambio, no puedes imaginar a la una, sin el otro. Por eso, una de las grandes mentiras del mundo del fitness es que comiendo menos vas a adelgazar más. ¡De eso nada!
Solo con una buena alimentación equilibrada vas a poder ser testigo de una evolución en tu cuerpo. Y aquí nos surge la eterna pregunta, ¿qué comer después de una dura sesión de entrenamiento, si lo que queremos es sacarle el máximo rendimiento? Sí, sí, dependiendo de los resultados que queramos conseguir, deberemos ingerir posteriormente según qué alimentos.
Así que, coge papel y boli y toma nota. ¡Vamos a sacarle el máximo provecho a todo el ejercicio que hagamos! Que nuestro sacrificio nos ha costado.
En nuestros entrenamientos siempre solemos trabajar intensamente. Personal y esfuerzo son términos que van de la mano. Por eso, el desgaste físico suele ser alto y nuestros músculos además de crecer se quedan agotados.
Es justo en esta fase cuando empieza el reposo, y por tanto, la recuperación muscular. Por este motivo, es tan importante que dotemos a las fibras de los nutrientes que necesitan, para poder crecer.
Se acabó lo de salir del gimnasio y olvidarse del tema. ¡El entrenamiento no es solo levantar peso! El descanso es el momento en el que los músculos crecen de verdad. Ya sabes, todo esfuerzo tiene su recompensa. 😉
Como ya hemos mencionado antes, según los objetivos que tengamos en mente, vamos a llevar a cabo una dieta u otra. Se aconseja no dejar pasar más de hora y media para comer, ya que es cuando el organismo asimila mejor los alimentos.
Si lo que buscas es ganar músculo, nuestra recomendación es además de ingerir agua, importantísima por todo el líquido y sales que hemos perdido durante el entrenamiento, consumir proteínas fáciles de digerir y azúcares. Estas nos ayudarán a estimular la síntesis de proteínas musculares.
Por ejemplo: un vaso de leche y un plátano, un yogur con avena y miel o ½ bocadillo de pan integral y atún. Lo ideal es consumirlo entre los 30 minutos y las 2 horas siguientes al ejercicio.
Si tu objetivo es quemar grasas es mejor no consumir inmediatamente alimentos sólidos que aporten mucha energía. Eso sí, hidrátate bien.
Pasada una hora desde que finalizamos el entrenamiento, es el momento de ingerir alimentos. Por ejemplo: 1 manzana con piel, 1 yogurt desnatado con semillas de chía y frutas frescas, 1 vaso de leche desnatada con 5 nueces o ½ bocadillo de pan integral con queso fresco y tomate.
Por otro lado, hacer ejercicio no significa que tengáis vía libre para comer de todo y en cualquier cantidad. ¡Siempre hay que equilibrar! No puedes ingerir más calorías de las que has quemado en el ejercicio.
Ahora que ya sabes que el momento posterior al entrenamiento es tan importante para conseguir tus objetivos, grábatelo en la mente: “la alimentación en el post ejercicio es clave en nuestro progreso”.
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