Hoy, desde Personal by Marta Rosado, centro de entrenamiento personal en el barrio de Salamanca de Madrid, te traemos este interesante artículo… ¡No dejes de leerlo!
Como todos sabéis llevo más de media vida entre hierros, en salas donde la gente suda y se mira al espejo en cada movimiento. Un lugar donde se ponen caras desde la sonrisa a la cara de limón amargo, donde la gente jadea, aprieta dientes y hasta chilla. Donde muchas se arreglan por demás e incluso se maquillan para entrenar, donde los opuestos en vestimenta están a la orden del día en cuanto a estilismo o eliges el modelito del momento o donde se pone la peor ropa que tienes para estar por casa y te peinas o te despeinas… ¡Todo vale y hay gustos para todos!
Siempre he visto una estrecha relación entre el entrenamiento y el sexo, aunque las comparaciones son odiosas en esto son muy divertidas y curiosas, lee atentamente y échate unas risas. Puedes darte por aludid@, incluso tus conexiones neuronales te llevaran a algún momento pasado, a una situación concreta, te aseguro no hay nada mejor que reírse de uno mismo, y este tema siempre nos hace reír.
Para empezar los gimnasios son club, yo a determinados centros los he llamado “Puti-gym” y no he sido la única, ya que no es lo mismo ir a entrenar, una, dos e incluso 4 horas (que no van entrenar) que verlo desde dentro desde las 7:00 de la mañana hasta las 22:00 puedo asegurar que lo he visto “casi” todo, digo “casi” porque la vida siempre te sorprende con alguna nueva “pinicula” unas veces de acción, otras de terror… y muchas otras de sexo.
Para empezar recuerda si alguna vez entraste a un gimnasio y nos vamos a centrar en gimnasios de cuota, no en algo más exclusivo como Personal, un gimnasio grande para todos los públicos. Visualiza la entrada a él, pasas la recepción y lo normal es que vayas direct@ al vestuario. Voy a hablar del de mujeres y no me voy a centrar en la limpieza ya que de todo ello depende que la gente se duche, porque hay sitios en los cuales he llegado a ver hasta cucarachas, mugre y hongos varios, pero este no es el tema. En el vestuario encuentras muchas mujeres como tú y ahí ya empieza la diferencia ya que depende de lo que ames a tu cuerpo, seas pudorosa o no, dispongas de tiempo o vayas a la carrera. Normalmente en el vestuario ya empieza la acción porque es como la peluquería pero en pelotas, escuchas comentarios de quien está bueno, quien es el mejor profe de una materia, no se quien se lió con no se cual y el último cotilleo del día, como te sientes, quien encontró resultados, quien sigue con celulitis, cual es la última crema para las estrías y ruedan los números de teléfono de casi todo; estética, el ultimo restaurante de moda, donde ir a tu próximo viaje, el teléfono del masajista… y un laaaargo etc. Es un buen lugar para hacer amig@s y estar a la última en casi todo.
Una vez que te cambias y dejas tus pertenencias en la taquilla… lo primero que haces antes de salir de él es mirarte al espejo, mirarte de frente, detrás, elevar la cabeza y… ¡¡¡Al ataque!!!!
Entras en la sala de pesas, normalmente el olor es característico, porque huele a sudor mezclado con respiraciones varias… Aunque creas que no, el solo hecho pisar la sala está haciendo que seas el objetivo de muchas miradas ya que te convierten en “ carne fresca», muchas son directas e inevitables pero muchas otras otras son por los espejos, recuerda que los gimnasios están llenos de espejos, muchos incluso los tienen en el techo para que no pierdas detalle de las posturitas. Como en una buena carnicería hay que mirar el género que está expuesto en las vitrinas y normalmente a todos se nos van los ojos con la calidad, aunque a otros con la cantidad, todos miramos a todos. Miradas de un segundo y nada más porque esa carne no te gusta o miradas inevitables en toda la hora de entrenamiento al mismo trozo de carne. Hay evidencias que dicen que los hombres tienen una fantasía sexual una vez cada 5 minutos y los otros cuatro minutos esperan a ese minuto. Imagínate aquí, con tanta carnaza. Uno de cada dos?
Ahora las salas por lo normal han variado bastante en cuanto a decoración, aunque no en todos los casos porque de lo que voy a hablar ahora aún quedan muchos lugares. Cuando yo empecé a entrenar, en los 90 en las salas no faltaba el poster de “Sabrina”, “Pamela Anderson” o cualquier mujer potente con mucha curva, poca ropa y cara de “empotrarme” que era referencia directa y no faltaba en la cabina de un buen camionero. Por otro lado estaba el poster del ciclado, lleno de venas, media sonrisa, “marca paca” y con una pose de este es mi bíceps, imagínate mi… recuerdo a “Arnold” , “Rocky” y un largo etc. Todos ellos nos indicaban los preliminares, si ellos pueden tu puedes. Parabas de hacer la serie, te mirabas al espejo y tus ojos se iban a cualquiera de ellos para decirte… no te queda nada amig@ y rápidamente seguías entrenando por si el próximo poster fuera tu cara la que llevaba ese cuerpo. Y si, el fin lo conseguían… era pura motivación. Y la foto fijada de la caratula de una peli porno, por no ver otra.
La sala de pesas ya es en si una peli porno:
Sudor; si entrenas sudas, lo hagas en mayor o menor cantidad tu cuerpo lo desprende como en un buen momento de cama, es inevitable y nos pasa a todos. Nos llaman la atención esos cuerpos bañados por sudor que brillan desde cualquier lugar de la sala. Que esto te pase en la cama significa que has tenido buen sexo y no ha sido de 5 minutos.
Jadeos; en eso a veces tengo que decir que alucino en colorines. Esto va en relación con la cama. Hay muchas personas que gimen, eso es un hecho y es normal que en el esfuerzo respires más fuerte, aprietes los dientes y pongas cara de haberte tomado un tequila, porque es inevitable, aunque la mayoría de las veces el jadeo es constante “ rollo estoy que me salgoooo” “ vamos, vamos, toma, toma, ya, ya»… aunque tampoco es necesario, a menos que lo que quieras es llamar la atención o poner a tono a alguien en concreto, porque vamos, una serie no dura 3 minutos de constantes respiraciones con tanto soniquete, como cuando le toca la fiesta al vecino de al lado… Y también depende del momento, porque lo he llegado a escuchar hasta en estiramientos, cosas a las que no das crédito. ¿¿Pero chillar?? De verdad que tiene que escucharte toda la sala gritando como un energúmeno? Júralo, porque sigo sin comprender por qué o por qué coño a mí no me ha pasado nunca. En esto he visto y escuchado personas levantando pesos ridículos que muevo yo con un dedo y gritando como si estuvieran en una isla desierta pidiendo ayuda a los dioses, les estuvieran azotando con un látigo o fueran el primo directo de “ Kin-Kong”. Y lo que es peor, que los que gritan lo hagan para que vivas en el momento directo como es su orgasmo, ya que no es un orgasmo porque tantos seguidos sería imposible hasta para una persona multiorgasmica. Perdonar que os diga que eso es fingir, si… fingir por completo porque ni es necesario, ni la situación lo requiere y no queda ni de súper hombre, ni súper mujer, más bien de “vaya cuadro” y el resto ahí abriendo los ojos como platos, sin saber por donde les viene. Si eres de l@s que chilla, déjame decirte que a ningún hombre ni ninguna mujer le gustaría que fuera su pareja la que da un espectáculo así. ¿O a ti si? Es como ver bailar a “Gianluca Vacchi” te hace mucha gracia visto desde fuera, pero vamos yo como mujer veo a mi pareja bailar así en la pista y salgo corriendo como si no hubiera un mañana.
Las caras; esto es total, recuerdo casos concretos que alguna vez me pasaron, me dice una clienta, mira que chico tan guapo, mi respuesta: míralo entrenando y lo veras en la cama. Y al observarlo el mito cayó al suelo desplomado. Es normal que pongas caritas, cara de esfuerzo, cara de deseo, cara de no puedo más… He visto caras tan arrugadas, tan difíciles de mirar y tan cero eróticas que amig@ intenta no cerrar los ojos, no estas estornudando y la verdad es que si pones esa cara entrenando en la cama por tu pareja apaga la luz. Ya que hay imágenes que quedan grabadas y no estas sol@. Te lo digo por tu bien. Gracias.
Ropa ajustada; en esto hemos pasado por todas las modas, los monos, los petos, los top, los short minúsculos, las medias tupidas, los calcetines arrugados, los calentadores, las cintas de pelo… esto en el sector femenino. En el masculino esas camisetas de tirantes que dejan los pezones a la vista con esos pechotes (en muchos casos más grandes que los femeninos) y los pantalones ajustados que como en los toreros sostienen las pilas del traje de luces.
Posturitas; hay muchas posturas que van en relación directa al Kamasutra, posturas a 4 patas, puente tumbado con elevaciones pélvicas, dominadas, sentadillas, remo con mancuernas patadas de glúteos, estiramientos varios… Si… esas posiciones que no están al alcance de todos y que tienen una armonía y un enlace directo a esos movimientos que pueden estar en las fantasías de cualquiera… Benditos cuerpos y bendita técnica.
Cuerpos esculturales; uuuummmm, siiiiiii…. Esos cuerpos hechos a cincel, esos cuerpos de dioses griegos tan cercanos a la perfección y simetrías. Esos cuerpos que hacen que nunca los olvides y tengas alegría en el cuerpo cada vez que vuelven a tu mente. Cuerpos a los que le coges la hora de llegada y salida del gym con los que quieres coincidir cada día y por los que morirías por una noche de locura. Gracias a ellos a veces es difícil centrarte en tus propios ejercicios.
Esos son motivos por los que sigues entrenando, por los que sigues suspirando y por los cuales merece la pena ir al gym. Esos que sus padres hicieron con ganas y de los que te gustaría estar rodead@ en la playa, con gafas grandes y negras con las que nadie ve tus ojos excepto tu.
Para eso al terminar y volver al vestuario lo mejor es terminar con una ducha fría, una ducha que despierte tus sentidos, sea el culmen del esfuerzo y el espectáculo que has vivido en tus propias carnes. La verdad es que desde que empiezas a entrenar tu vida cambia, cuando mejor te ves más ganas tienes de practicar sexo y es que para empezar tus hormonas se han venido arriba, no es cosa tuya, es cosa del trabajo de fuerza, las pesas hacen que los niveles de testoterona aumenten y también se elevan tus endorfinas y adrenalina haciendo deporte, quieras o no. Si vas al gym estas menos perezoso y más activo, es como misión cumplida, entrenar te llena de energía. También estas más ágil y mejoras tu forma física para la cama ya cualquier posición imposible, se convierte en posible con constancia y disciplina. Eres más fuerte y más resistente.
Está claro que cuando vas al gym te sientes más guapo, estas más fuerte, ganas confianza en ti mismo, tu autoestima aumenta, ya no te da palo quitarte la ropa, es más lo deseas. No hace mucho vi en redes un post que en la foto salía la puerta de un gimnasio y las frases que ponían eran «¿Esta cansado de ser gordo y feo? Sea solo feo”
Y es que es de agradecer un cuerpo bonito, saludable y fuerte. No es fácil, pero que lo es.
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