Hablar de la Navidad, es hablar de disfrutar con la familia. Pero sobre todo, es hablar de ponerse las botas. Por eso, estas fiestas se convierten en el enemigo de los que están buscando perder peso o quieren mantener su peso ideal.
Para evitar que esto ocurra, hoy os traemos 10 consejos con los que mantenerse y no caer en la tentación de las comilonas. ¡Allá vamos!
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Empieza el día haciendo ejercicio
Hacer ejercicio nada más levantarnos no sólo nos ayuda a reducir el sedentarismo, además, reduce la sensación de apetito durante el día. 45 minutos de ejercicio matutino sirven para que nuestra ansia por la comida disminuya. Así que pon el despertador y da unas cuantas vueltas al parque o salta a la comba si ves que está lloviendo fuera y te da pereza salir.
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Pésate dos veces a la semana
Durante estas fechas nos hacemos los locos y no queremos ver cuánto peso hemos ganado. Lo mejor para evitarlo es pesarse un par de veces por semana. No queremos que sufras con la báscula, pero ver la realidad nos pone las pilas.
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No piques entre horas
Resiste las tentaciones… Si quieres comer tranquilamente en las fiestas, lo mejor es evitar tentaciones como los bombones que alguien ha traído al trabajo, o el roscón de Reyes sobrante. En definitiva, guarda fuerzas para las comidas realmente importantes.
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Apuesta por las verduras y los platos al horno
Aunque ser el anfitrión es una gran responsabilidad, esto tiene una parte positiva, y es que puedes escoger el menú. Aprovecha para preparar platos tradicionales de estas fiestas a base de verduras, como la lombarda o las alcachofas. Y de segundo… ¡un plato al horno!, perfecto para dar de comer a un grupo grande de gente.
Y con los entrantes, no te compliques; unos canapés y una crema de verduras son perfectos y sirven para quitarte ese “gusanillo”.
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Evita ir al banquete en ayunas
Un clásico de estos días es “reservar hambre” para las cenas, y prácticamente no comemos nada durante el resto del día… ¡Error!. Si llegas a la cena de Nochebuena con un hambre terrible lo más probable es que acabes comiendo mucho más de lo que deberías.
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Sé selectivo
Las mesas de Navidad parecen un auténtico bufet lleno de opciones diferentes. Y una cosa está clara: si te lo comes absolutamente todo vas engordar sí o sí. Por eso es mejor escoger un par de cosas que nos gusten y no tocar el resto. Lo mejor es centrarse en el plato principal que más nos gusta, tomando menos del resto y siendo muy cuidadosos con los postres, que es la parte más peligrosas y que, generalmente, tienen más calorías.
En cuanto a los dulces navideños, evitarlo por completo. Un polvorón, tiene como poco ¡¡¡100 calorías!!!.
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Cuida lo que bebes
La bebida es uno de los grandes peligros… Ni que decir tiene que el alcohol es la mayor fuente de calorías, pero también son peligrosos los refrescos. Evitar el consumo de alcohol es difícil. No pasa nada por tomar dos copas de vino y dos de cava, pero si has estado antes de cañas y después pasas a las copas, estate preparado para ver sus efectos sobre la báscula.
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Come despacio
No es ninguna novedad. Comer rápido, además de ser poco saludable, nos lleva a comer más. Concentrarse en comer despacio es la mejor manera de controlar lo que comemos y evitar los empachos.
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Renuncia a los tuppers
En Navidad siempre sobra comida que las madres y abuelas reparten en tuppers para que todos los hermanos y primos puedan repetir al día siguiente. Si no quieres ganar peso, lo mejor es que huyas.
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Compensa los excesos
No es necesario renunciar a las grandes comidas navideñas, pero es necesario compensar estas comilonas con una dieta ajustada en los días sin eventos. Lo ideal es apostar por las verduras, las ensaladas, la carne y el pescado a la plancha.
Si eres estricto, no sólo mantendrás tu peso, quizás incluso logres perder unos kilos. 😉 Claro, que también puedes hacernos una visita, conocer nuestro Método Personal y empezar el año luciendo cuerpazo. ¡Ninguna Navidad podrá contigo!